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San Valentín, orígenes.

En el calendario ático luni-solar de la antigua Grecia, el periodo comprendido entre mediados de enero y febrero se denominaba “Gamelión” o mes de las bodas, dedicado al matrimonio entre Zeus y Hera.


El matrimonio entre los antiguos griegos era más un arreglo o conveniencia que una decisión romántica, el matrimonio era decidido por los padres o parientes cercanos, “Gamelión” o “mes matrimonial”, era el tiempo preferido para los casamientos, el cuarto día de la luna nueva, o el día del plenilunio, se consideraban como de buena suerte.


En la antigua Roma esta era una fiesta asociada a ritos de fertilidad, denominada “Lupercalia”, Su nombre deriva de “lupus”, lobo, Luperco, un antiguo dios de la mitología romana, que era invocado para la protección y asegurar la fertilidad de los rebaños.


En la “Lupercalia” una congregación especial de sacerdotes “Lupercos” o amigos del lobo eran elegidos entre los habitantes más ilustres de la ciudad, estos eran adolescentes, que se preparaban para la transición a la edad adulta, a través de un rito iniciático que consistía en sobrevivir a solas en el bosque, era un tiempo en el que se comportaban como lobos humanos, el 15 de febrero se reunían en la gruta “Ruminal”, en el Monte Palatino, en esta gruta Fáustulo encontró a los gemelos Rómulo y Remo que fueron criados y amamantados por la loba “Luperca”, los dos hermanos eran hijos de Marte y de la Vestal Rea Silvia, también conocida como Ilia, sus hijos son considerados los fundadores de la ciudad de Roma y en cuyo honor se celebraba esta fiesta, la Lupercaria.


Los “Lupercos” una vez reunidos en la gruta llevaban a cabo un rito de purificación, los sacerdotes sacrificaban un perro y una cabra, posteriormente los muchachos eran ungidos con sangre y la leche de los animales inmolados, los muchachos desnudos o apenas vestidos con las pieles de estos animales, iniciaban una carrera frenética y corrían alrededor del Palatino en dirección al Foro, golpeando y fustigando a las mujeres en la espalda y nalgas, con látigos confeccionados con la piel de la cabra sacrificada, las mujeres se dejaban azotar ya que consideraban que esto garantizaba su fertilidad, los propios “Lupercales” animados por el público convertían el paseo en una carnavalada cuyos gritos, cantos y bailes llegaban a ser obscenos, toda la jornada era una gran fiesta colectiva, en la que el vino, la comida y el desenfreno era la nota dominante, se cuenta también que en la fiesta las jóvenes colocaban en una caja sus prendas, los muchachos escogían entre las prendas depositadas y así se emparejaban sexualmente con su dueña.


El fin de la Lupercalia llega con el decreto del año 345 D.C dictado por el emperador Teodosio, ya que declara ilegal el paganismo, declarando el cristianismo en su versión ortodoxa la única religión legitima.


Su total desaparición se produjo bajo el papado de Gelasio I, quien prohibió y condenó con dureza cualquier acto relacionado dioses ancestrales.


La celebración pagana de las Lupercales se transformó en una fiesta de purificación, designando el 14 de febrero del año 494 como el primer día oficial de "San Valentín", la festividad fue incluida en el calendario litúrgico tradicional y fue celebrada por la Iglesia Católica en los siguientes 15 siglos. Instituyendo la fiesta en honor a el mártir cristiano "San Valentin" fallecido en el año 270 D.C. Parece que el sacerdote cristiano casaba a escondidas a los soldados romanos, ya que en ese periodo estaba prohibido el matrimonio de los soldados, puesto que se entendía que rendirían más en el campo de batalla al carecer de ligaduras emocionales, contradecir y burlar las órdenes del emperador de Roma Claudio II, en el siglo III, le costó la vida a “San Valentín”, aunque no es seguro que esto sea un hecho histórico, puede que tan solo sea leyenda.


El 2 de febrero la iglesia católica celebra, “La Candelaria”, una inocente procesión de candelas, cirios y antorchas encendidas, de carácter penitencial, la procesión de las candelas formaba parte de la antigua fiesta de las Lupercales.


La festividad fue eliminada del calendario eclesiástico en 1969, en un intento de la iglesia católica de eliminar del santoral a aquellos santos de origen legendario.


Es a partir del siglo XVIII cuando en los países anglosajones se inicia la costumbre de enviarse postales o mensajes de amor. En Estados Unidos la “madre” de esta tradición es Esther A. Howland, hija de un librero y dueño de una cadena de papelerías, la idea surgió después de recibir una de esas tarjetas de un socio de su padre de origen inglés. Así en 1840 se inicia la “tradición” y así nació su negocio, al cual llamó: “New England Valentine Company”.


A pesar de los esfuerzos por hacer desaparecer las Lupercales estas sobrevivieron hasta nuestros días, podemos ver claramente la herencia de estos ritos en los carnavales de Galicia en Xinzo de Limia, Laza y Verín, donde “cigarrons”, “pantallas” o “peliqueiros” azotan a la gente con fustas de cuero y recorren las calles con cencerros en honor a los pastores.


Otra curiosidad con respecto a la celebración de la Candelaría y el ánimo cristiano de tapar con una manta cualquier rito pagano o ancestral, es la coincidencia de esta fecha con la celebración de Imbolc, uno de los cuatro principales festivales del calendario celta, asociado también a la celebración de retorno de la luz y al ritual de la Fertilidad, denominado también como el día de Santa Brígida o Brigid.


Para nuestros ancestros, el mes de febrero marca el punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, en las sociedades ancestrales regidas por calendarios lunares o luni-solares era vital observar los ciclos de la naturaleza para asegurarse una buena cosecha y el bienestar de su ganado del cual dependían, estas sociedades animistas, celebraban la vida y los ciclos de la naturaleza, fertilidad, purificación, renovación y sexo formaban parte de la vida, quizás el emparejamiento casual y aleatorio en estas celebraciones, no era más que una manera de huir de los peligros de la endogamia.


Cabe preguntarse que celebramos hoy en San Valentín, una fecha que no tiene ningún significado astrológico, en una sociedad que vive desconectada de los ciclos, una fiesta que fue restaurada en España 1948 por un avispado empresario y fundador de “Galerias Preciados” quién rescató la tradición anglosajona de enviarse postales, sin otro fin que el de estimular el consumo. ¿Hablamos de amor o de marketing?


El amor verdadero se construye, día a día entre dos personas, el amor se crea entre dos seres que se apoyan mutuamente de forma autentica y constructiva, lo que los hace crecer, amor es el esfuerzo por construir día a día la relación, amor es ser cómplices y equipo a la vez, los cimientos de un amor verdadero se construyen cada día, con comunicación, apoyo, reconocimiento y cariño sincero, estos son los ingredientes necesarios para una buena relación.


Alejémonos de conceptos de amor romántico y de mercantilismos que en su mayoría tienen rasgos de amor tóxico.


Bendiciones )O(

Celtia Castro


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Texto & Fotografía: Celtia Castro 2016 © & Ana Kala 2016 ©

Fotografía: Reina de copas. Tarot Rider Waite. Ana Kala 2022 ©

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